El ejercito hoplita es la expresión de la milicia al servicio de los polis. Se caracterizó por la igualdad de los combatientes y la estandarización del armamento. Su base fue la incorporación de un gran escudo que permitió la defensa común en la marcha de falange o filas apretadas de guerreros a pie.
El armamento de los hoplitas fue evolucionando desde la épocas mas arcaicas, y se volvió cada vez más ligero. En sus comienzos, el equipo constaba de un casco de bronce que cubría toda la cabeza, unas espinillas de bronce o grabas que llegaban a la rodilla y un escudo de madera llamado hoplón con una lamina de bronce de 80 cm a 1 metro de diámetro, que protegía desde la barbilla hasta la rodilla del guerreo. Los infantes marchan en filas apretadas, con una separación de 1 metro entre ellos, con lo cual no dejaban al enemigo ningún hueco en el cuerpo sin defensa.
La adopción del escudo permitió prescindir de la coraza de bronce de los tiempos arcaicos, mucho mas costosa y pesada de llevar, y se sustituyo por una casaca de lino o de cuero reforzada con piezas metálicas, que se abrochaba por los hombros mediante cintas de cuero. Ademas contaba con un peto metálico que protegía el torso del guerreo. Era un acoraza muy flexible que permitía moverse con bastante libertad.
EL ESCUDO. El Hoplita es el soldado que porta el escudo, el hoplon. Este escudo redondo tenia un alma de madera, a menudo reforzada con un plancha de bronce de 2 mm de grosor bien en el borde o en toda su superficie. Su peso oscilaba entre 6 y 8 Kg. En el centro del escudo se añadían figuras pintadas o placas de bronce remachadas con imágenes intimidatorias, símbolos protectores o escenas mitológicas. Los mas antiguos parecen haber sido de cuero y una cubierta delgada de bronce en el borde, pero hacia el siglo VI a.C. era ya común cubrir la parte exterior con una delgada capa de bronce.
El escudo fue una invocación, ya que, a diferencia de los escudos tradicionales que se colgaban del cuello con una correa, tenia que llevarse en el antebrazo izquierdo, sujeto por una abrazadera central de bronce y una carrera que servia de asa. De ello se derivaban dos consecuencias: la primera que no podia cargarse sobre la espalda, lo cual impedía una rápida retirada; la segunda, y mas importante, que el escudo cubría por delante la parte izquierda del cuerpo del combatiente y la derecha del compañero de fila. El escudo era esencial en la solidaridad entre los hoplitas , puesto que protegía el cuerpo del portador y de su compañero de hilera. Las madres espartanas despedían a sus hijos antes del combate con la frase: “vuelve con el escudo o sobre el” queriendo decir qué volverían victoriosos o muertos.
Para proteger el brazo izquierdo, a veces había una hoja una hora de bronce en forma de “L” por dentro del hoplon; el codo izquierdo del hoplita caía aproximadamente en el centro de la gravedad del escudo y este colgada verticalmente. Ademas el hoplon se podia colgar en el hombro izquierdo, permitiendo así descansar el brazo. Este tipo de escudo era muy util para un formación de lanceros, que es precisamente los que eran los hoplitas, pero tenían varios inconvenientes frente a un oponente que utilizara la espada o en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, ya que apenas podia sostenerse dejos del cuerpo ni maniobrar rápidamente con el.
LA LANZA. Era el arma principal del hoplita. Hecha de madera de fresno, tenia siete o ocho pies de largo. La punta era generalmente de hierro, hecha con molde y hueca en el interior. Se remataba por el oro extremo con una punta de hierro o regatón que forraba el vástago de madera . Estos regatones se utilizaban para dar el golpe de gracia a los enemigos ciado.
LA ESPALDA CORTA. De aproximadamente dos pies de largo, se llevaba colgando del hombro en una funda de madera recubierta de cuero. Generalmente, solo se usaba en el combate cuerpo a cuerpo, una vez la falange se había roto. Hacia el siglo V a.C. los espartanos comenzaron a utilizar una espada mas corta, de apenas un pie de largo, y en las guerras del Peloponeso su uso ya se había extendido a todos los griegos.
LAS GREBAS O CANILLERAS. Eran unos protectores que se sujetaban a la pierna con unas correas. Todas las que se han encontrado son de bronce porque este metal sobrevive al paso del tiempo mejor que él hierro.
EL CASCO. Era de bronce y existían diversos modelos. El mas extendido era el corintio, con un protector nasal y dos grandes carrilleras que protegían el rostro.
LA CORAZA. Se llamaba linothorax a la coraza hecha de capas de lino pegada hasta conseguir una dura consistencia; tal vez llevara también capas de cuero. Se sujetaba con unas aletas en los hombros y se remataba con un faldellín de tiras de lino.
Los ciudadano que estaban en edad militar -desde los 20 hasta los 50 años, después pasaban a la reserva- se relacionaban en las listas del censo de las ciudades. De esas listas se hacían loas levas dependiendo del peligro que amenazaba. Cuando la necesidad era extrema, se llamaba incluso a los reservistas, y en ocasión excepcional se denominaba pandemia. Estaban organizados por tribus o distritos urbanos. En Atenas había 10 estrategas que se repartían el mando de las 10 unidades del ejercito. Cada año se nombraba un estratega jefe o poemario, que desempeñaba funciones de general jefe. Los jóvenes pasaban dos años (desde los 18) de servicio preparatorio, el primer año en los barracones del Pireo, el puerto de Atenas, y el segundo en las guarniciones de las fronteras. Aquellos ciudadanos que no podían pagar el equipo militar eran alistados como peltastas o infantes. Ese era el caso de los esclavos y los metecos o ciudadanos sin plenos derechos. Había varios tipos: los psiloi, que vestían túnicas ligeras y a veces pieles de animales e iban armados tan solo con jabalinas de madera, palos o piedras; los hamippos, infantes que acudían a la batalla entre la caballería -aparecen representados a menudo agarrados a la cola del caballo- y luchaban debajo del enemigo rajando los vientres de sus caballos, los caballeros que llevaban un gorro distintivo y algunos de ellos corazas de bronce con los muslos marcados; y por ultimo los músicos. Los espartanos tenían la costumbre de avanzar al combate en silencio, solo roto por el sonido de las flautas, lo que impresionaba a los enemigos. El resto de los ciudades griegas acompañaban la marcha al combate con fanfarrias de trompetas, flautas, tambores, etc.
Dado que la guerra ocupaba un lugar esencial en la vida de los pueblos celtas, no es extraño que la fabricación de armas ocupara un lugar privilegiado en ella. Muchas de la armas ofensivas y defensivas adaptadas por las legiones romanas tienen su origen precisamente en la panoplia de los celtas.
Los escritores clásicos nos han dejado diversas descripciones de los guerreros celtas y de su forma de combatir. Es, sin duda, Diodoro de Sicilia quien mejor ha trazado la descripción del guerrero celta de su tiempo. Los nobles llevaban largos bigotes que les ocultaba la boca pero se rasuraban el resto del rostro. Solo algunos de ellos llevaban una barba corta. Estrabón afirma que los celtas teñían el cabello con agua de cal y se peinaban hacia atrás para imitar las crines del caballo. Polibio dice que los galos de la Cisalpina usaban braccae (pantalones)y sayos (Capas de lana), aunque algunos de ellos combatían desnudos, ataviados únicamente con brazaletes (torques) de oro, elemento que significaba la dignidad del guerrero.
PANTALONES. Podían ser de dos tipos: los anchos (bolg), de donde deriva el nombre de los belgas y de los file bolg irlandeses, y los cortos y ajustados (braccae). Ambos se ataban a la cintura con anchos cinturones de cuero que llevaban grandes villas de metal. Estos pantalones lucían colores muy vistosos, alternando los motivos geométricos, como ajedrezados, lineas y rombos, etc. y estaban hechos de lana.
CAPAS. Junto a los pantalones, a menudo eran las únicas prendas que vestían los guerreros. Las capas estaban confeccionadas con lana mas gruesa, y también ostentaban vivos colores y confinaciones geométricas muy variadas, entre las que se encontraban algunas muy parecidas a las famosas telas de cuadros galesas y escocesas. Las capas se anudaban en uno de los hombros, y eran largas para cubrirse con ellas y protegerse del frio.
TATUAJES. A veces la desnudez del torso de compensaba con tatuajes. Julio Cesar alude a esta costumbre extendida entre los celtas britanos de tatuar su piel. De ahí proviene el nombre de pictos (picti, hombres pintados) uno de los mas importantes pueblos de la antigua Escocia:
FIBULAS. Los adornos utilizados por lo guerreros celtas eran las fábulas o imperdibles, a veces de gran valor artístico, que servían para sujetar las capas. Las había de muchas formas y eran de bronce, plata u oro. Uno de los modelos íntimamente ligados a los guerreros celtas de la península ibérica eran las de forma de caballitos, que a veces presentaban un craneo colgado del pecho del animal, ta que los celtas acostumbraban a cercenar las cabezas de los enemigos, pues pensaban que en ella residía el alma. El caballo era, ademas, el símbolo de la diosa Epona, una de las principales divinidades célticas.
CINTURONES. Eran de cuero y tenían anchas hebillas de metal: bronce, oro y plata, a menudo muy decorados con incisiones de motivos geométricos. Las fíbulas y los broches de los cinturones, junto con las armas, se depositaban en las tumbas de los guerreros a su muerte. A veces los cinturones llevaban una cadena de hierro en sonde se sujetaba la funda de la espada.
TORQUES. Generalmente eran de oro, y los había para el cuello, la muñeca y el brazo, en cuello caso daban carias vueltas sobre el bíceps. Esta tipo de joya eran usuales entre los guerreros celtas, pero también los usaban otros pueblo antiguos como los persas, los tracios y los escitas. Tras haber conseguido una victoria, los celtas los ofrendaban en agradecimiento a los dioses y en el celebre caldero de Gundestrup aparece un torque portado por una de las divinidades mas importantes del panteón céltico: el dios Cermunnos. No es extraño, por tanto, dado el altísimo numero de soldados enrolados en las legiones romanas, que el torque fuera adoptado por Roma como recompensa a los servicios prestados por sus legionarios.
TROMPETAS. En el momento de la batalla, los celtas atacaban de forma desordenada al amparo de sus cuernos y trompas de combate (carnyxes). Esas trompas tenían largos cuello rematados en bocas de lobo y jabalí, a veces retorcidas sobre si mismas, de cerámica o metal, y producían un sonido ronco, con el que se pretendía hacer mas ruido que sonidos musicales. Tanto el estruendo producido por estos cuernos como la desnudez con la que a veces se enfrentaban al enemigo tenían un carácter ritual que pasó desapercibido a los autores grecolatinos, quiene, acostumbrados a la disciplina militar de sus ejércitos, lo consideraban un gesto entre bárbaro y fanfarrón.
ESPADA. Algunas de sus armas, como la espada (el famoso gladius hispaniensis), fueron adoptadas por las legiones romanas. Se trataba de una espada recta de tamaño mediano, con empuñadura a veces rematada en dos apéndices y decorada con hilos de plata. El acero de las espadas de los celtíberos fue proverbial en su tiempo y alimentó todo tipo de leyenda en relación con su forja.
CASCO. El casco de hierro con las carrilleras fue también adoptado por los romanos. Los cascos celtas eran, quizá la parte mas vistosa y valorada de la impedimenta del guerrero. Fueron comunes los cascos de hierro chapados con placas de oro y decorados con motivos vegetales, los cascos con dos cuernos, los cascos de bronce con remates en forma de animales como jabalíes, lobos, caballos o aves, a veces con las ala articuladas, los que incorporaban torques a modo de cuernos, etc.
ESCUDO. A partir del siglo III a.C. de difundir también en el mundo celta el escudo largo con forma ovalada, denominado scutmen, que, según el testimonio de Diodoro de Sicilia, tenia el tamaño de un hombre. Se trataba de un escudo de madera pintada, que llevaba un largo vástago de metal abultado en el centro, en donde se disponía un remache que lo abrazaba y servia al tiempo para sujetar las abrazaderas por el otro lado. Junto a este escudo, muy popular entre los galos del continente, los celtas de Hispania e Irlanda también usaban otro tipo de escudo circular y también eran conocidos los escudos rectangulares, más pesados.
La iconografía del guerrero tracio está muy extendida en el arte. Gracias a las pinturas de cerámica griega, a los distintos hallazgos arqueológicos y a las fuentes literarias antiguas se a podido reconstruir con bastante exactitud la imagen de estos legendarios y poderosos hombres de la guerra.
Herodoto narró que los tracios vestían, a comienzos del siglo V a.C. con unas pieles de zorro en la cabeza y con túnicas alrededor del cuerpo, que cubrían con sayas o marlotas de varios colores. En los pies y las piernas llevaban borceguíes o botas altas atadas con cordones en la parte delantera, hechos de piel de cervatillo. También lucían tatuajes para indicar la nobleza de su origen. Como armas usaban dardos, peltas o escudos pequeños y redondos, y dagas. De acuerdo con Herodoto: “tenían los tracios pequeños escudos de cuero crudo de buey y llevaba cada uno dos lanzas con la s que suelen cazar los lobos. Llevaban en la cabeza un casco de bronce, con penacho, al cual estaban pegadas unas orejas y cuernos de buey, también de bronce y se adornaban las piernas con tiras de color purpura” (Libro 7, capitulo XXXVI).
Los soldados especializados recibían otras prendas de equipo; los coseletes debían llevar como protección una coraza completa con guardabrazos y escarcelas -placas de protección de los muslos- y el morrión -típico casco metálico español- aunque la mayoría llevaba solo parte de ellas, pues entorpecían mucho los movimientos. También eran muy característicos de la época la perilla, el bigote con sus estrenos alzados y el pelo con melena por lo hombros. Los oficiales se distinguían de la tropa no por el uso de divisas, sino por la mayor riqueza y fantasía de suspendas, que los hacían rápidamente reconocibles: Camisas con puntillas y bordados de Flandes, grandes plumeros en el sombrero, talabarteros y tahalis -cinturones y bandoleras- de lujo, guantes largos de piel y grandes botas. También era muy habitual que llevaran una gran faja o banda de seda, normalmente de color encarnado, enrollada en la cintura, o en bandolera. El armamento distintivo de su autoridad era la lanza corta llamada “jineta”
INDUMENTARIA. Las bajas temperaturas y la abundancia de nieve de las regiones en la que habitaban los tracios determinaban en buena medida su vestimenta. Usaban telas de lino, cáñamo y lana, teñidas con vivos colores. Las mujeres camisas largas cerradas por el cuello o casacas con mangas cosidas con una abertura para la cabeza. Eran comunes los sombreros y las botas de piel, y a menudo tenían tatuadas partes del cuerpo. Los hombres solían llevar pantalones ceñidos a las piernas, y una camisa corta y una túnica encima atada a la cintura. Cuando cabalgaban, vestían la zeira o capa de piel multicolor, que les cabria hasta los pies. El propio grosor de sus ropas servia de cierta protección contra los dados del enemigo. También gustaban de adornos, como fábulas o imperdibles para sujetarse las túnicas y cinturones de cuero con hebillas de bronce o de metales preciosos.
Los tracios fueron apreciados por los griegos como infantería ligera, tras comprobarla efectividad de este tipo de tropas al enfrentarse contra los persas. El tracio era un infante de gran movilidad, muy útil en los combates frente a tropas ligeras como los arqueros, y de gran valor cuando se sumaban a los ejércitos pesados de hoplitas. En un primer momento, los griegos aplicaron la palabra peltasta o infante armado con jabalina y pelta (escudo pequeño)solo a los guerreros de las tribus tracias, pero después pasó a desígnalo al infante ligero en general. Cuando luchaban en los ejércitos griegos, los tracios vestían túnicas mas cortas y a menudo sin capa.
EL ESCUDO. Los tracios se protegían con un escudo redondo llamado pelta, que se colgaba en la espalda cuando huían del enemigo. Este escudo podía ser redondo, pero a menudo utilizaban una variante con forma de creciente lunar que dejaba un hueco en la parte alta para que el infante pudiese ver al enemigo al lanzar la jabalina , al tiempo que se protegía con él. Los escudos eran normalmente de madera cubiertos de piel de oveja o de cabra, pero también lo había de materiales mas ligeros, como el mimbre. Llevaban pintados símbolos de buena suerte, entre los cuales el mas usado era una cara estilizada que tenis el poder de “ver” los dardos lanzados por el enemigo, para que el infante pudiera esquivarlos. Estos escudos hacían de los tracios unas fuerzas nos versátiles que lo pesado hoplitas, y a la vez ofrecían una buena defensa frente a las tropas mas rápidas, como la caballería.
LA JABALINA. Los peltastas tracios llevaban una o dos jabalinas. Eran similares a las lanzas de los hoplitas griegos, de unos seis pies de largo y rematadas con una punta de hierro o regatón. Era usual que los tracios portasen dos lanzas a la batalla, por la costumbre de la caza del lobo que se hacia con un par de jabalinas, pero en muchas ocasiones los infantes llevaban un pequeño manojo (4 o 5) de lanzas en la mano que sujetaba el escudo. Estas jabalinas median mas de 1 metro y eran lanzadas de una manera muy peculiar, ayudando de un pequeño lazo de cuerda que utilizaban a modo de propulsor para impulsar la jabalina por encima de sus cabezas con mayor fuerza y alcanzar mayor distancia. Algunos infantes iban tan solo con unas mazas que se utilizaban para romper las lanzas del enemigo.
EL CASCO. Para no quemarse la nariz y las orejas con el frio, los guerreros usaban pieles de zorro con orejeras para cubrirse la boca . Eventualmente utilizaban cascos griegos de bronce, pero el mas característico era un gorro de piel de cierto parecido al gorro frigio: con un bonete curvado hacia delante en la punta, dos largas tiras de cuero a modo de carrilleras y largo por detrás para proteger todo el cuello.
El ejercito tracio en los tiempos de la Grecia clásica y helenística (V-III a.C.) estaba compuesto por la caballería y los infantes. La caballería evoluciono desde la caballería pesada de los tiempos antiguos, en los que el caballero se cubría con una armadura de bronce copiada de los griegos, hasta la armadura compuesta con refuerzos de bronce sobre una túnica o camisa de lana. Esta ultima usaba principalmente jabalinas cortas, y su fuerza residía en la ligereza en terreno escarpado, como era el de Tracia, y en la carga en forma de cuña en terreno llano. Una de las costumbres que los tracios utilizaban en los combates era la de soplar cuernos para infundir pavor al enemigo y realizar danzas como hassapia, que simulaba el acercamiento disimulando al campo del enemigo.
Los infantes variaron poco a lo largo del tiempo. Junto al peltasta equipado con dos jabalinas, se alineaban los infantes llamados arqueros-lanceros, por la peculiar de lanzar jabalinas ayudando de un propulsor. Estos arqueros-lanceros iniciaban el combate ocupando las primeras lineas, y se ocultaban detrás de los peltastas tras arrojar las jabalinas. Cuando luchaban con las falanges de hoplitas rompían las filas del enemigo, aparecían de nuevo los infantes tracios acosando a las falanges en desbandada. Las luchas contra los tracios obligaron a variar ciertos aspectos del combate de las falanges de hoplitas griegos. Así, a mediados del siglo V a.C. aparecen los ekdromoi, hoplitas jóvenes que corrían al encuentro de los peltastas tracios, vestidos con túnicas similares s la de estos, mas ligeras y cómodas que las corazas griegas.
La indumentaria y el armamento egipcio variaron con el uso de los años. En los imperios antiguo y medio, el soldado de extracción campesina era armado y enviado al combate. En el imperio nuevo, el soldado, más profesionalizado, contaba con un vestuario y un armamento mas sofisticado.
La profesión militar no gozaba de un especial prestigio entre los altos estamentos sociales egipcios, pues las condiciones de vida eran duras, divido a las campañas en el desierto y al aislamiento de las fortalezas en las fronteras del territorio. Los escribas solían adoctrinar a sus alumnos acerca de las miserias de las vidas castrenses. Ante la dificultad de contratar soldados, los faraones tenían que recurrir a levas forzadas, que generaban un enorme descontento popular, e incentivar con el obsequio de una pequeña tierra para el resto de sus vidas a todos aquellos que se decidieran a enrolarse. Así, mismo se recurrió a mercenarios extranjeros, sobre todo nubios, pero también libios y asiáticos, ,para completar el ejercito egipcio. En algunos momentos, los mercenarios llegaron a superar do tercios del total de la tropas egipcias.
LA ORGANIZACION DEL EJERCITO. La composición del ejercito en el antiguo Egipto se basaba en unidades de 5.000 hombres, conocidas como divisiones, e integradas por infantes y arqueros. A su vez las divisiones estaban subdivididas en compañías de 250 efectivos, coordinadas por un comandante o capitán, y se estructuraban de nuevo en secciones de 50 individuos. El mando último del ejercito correspondía al faraón, ayudado por un general en jefe y un cierto numero de otros generales, hijos del propio rey o personalidades próximas a la monarquía. Los soldados profesionales egipcios se entrenaban con dureza. Eran habituales las marchas en grupo por el desierto, la practica de ejercicios gimnásticos y la lucha cuerpo a cuerpo, como un espectáculo, para mantenerse en forma. Ademas de los soldados llanos existían cuerpos especiales, como los arqueros o los conductores de carros.
El faraón, mando supremo del ejercito, otorgaba las distinciones por los años de servicios o por las acciones en el combate. Los favorecidos eran premiados con tierras, esclavos o condecoraciones con forma de collares de oro y armas, entre las que destacaba por su simbolismo le denominada Orden de la Mosca Dorada. Con el paso del tiempo, y ya en el siglo VI, los guerreros pasaron a ser los únicos egipcios, a excepción de los sacerdotes, que tenían privilegios especiales.
LA INDUMENTARIA. El clima de Egipto marco el desarrollo de la indumentaria los soldados. La producción textil más importante era el lino, que fue el tejido utilizado durante todos los períodos y, en menor medida, la lana, usada exclusivamente par las ropas de abrigo. Los oficiales, los generales y el faraón utilizaban telas más costosas y de bellos colores. La seda se introdujo en época ptolemaica. Existían cuatro tipos de lino, dependiendo del grosor: el lino real, que era el mas fino, la tela sutil fina, la tela sutil, y por ultimo la tela lisa, que era la mas basta. El color mayoritario era el blanco, aunque a veces se empleaba él marrón. Las composiciones geométricas se utilizaban en las orlas de los cuellos o en las mangas.
Los soldados vestían un faldellín que les llegaba por encima de las
rodillas. Era una tela con dos extremos cruzados y anudados a la altura de las caderas.
En tiempos del ejercito del Imperios antiguo, formado por campesinos, estos combatían casi desnudos, con un ligero paño de lino, a modo de calzoncillo. En el imperio medio, los soldados llevaban un faldellín mas largo, que en el Imperio nuevo ya aparece con pliegues. Era practica habitual, debido al clima del país, que los hombres y los soldados se depilasen el cuerpo entero. Fuera de los momentos bélicos, en la vida cotidiana los oficiales y los generales utilizaban pelucas, que fueron aumentando de volumen con el tiempo.
En cuanto al calzado, los soldados egipcios utilizaban sandalias confeccionadas con hoja de palma, esparto, junco e incluso papiro.
EL ARMAMENTO. El equipo de los soldados egipcios era sencillo. Los cascos y las armaduras no eran habituales y solían llevar solo sus espadas. Sus lanzas y una falda corta.
La principal arma defensiva era el escudo, construido con un armazón de madera de forma rectangular, con una parte curva, y recubierto con una piel de vaca. Entre las armas ofensivas, hay que destacar los arcos triangulares, de cobertura simple o doble, con flechas que se transportaban en su carcaj correspondiente. Las lanzas, con puntas de múltiples formas, las espadas y los puñales, y dagas. Otras armas ofensivas eran las hachas de doble filo, las mazas de piedra y los latidos. Entre las armas defensivas, el escudo era el principal elemento; la mayoría era de cuero y de tachonaban con clavos, pero también existían escudos de metal y otra formas, como circulares. Los cascos, de cuero, y las armaduras eran exclusivos de los oficiales.
LA TACTICA DE COMBATE. Al frente de las lineas de la infanteria se colocaban los arqueros, que realizaban una primera descarga de flechas contra el enemigo. En los tiempos msj antiguos esta descarga de flechas era suficiente para vencer a los enemigos desprovistos de armadura o escudos. Mas tarde, la lluvia de flechas clareaba las primeras filas atacantes, sobre las que se lanzaba la infantería, armada con lanzas y escudos. Cuando hicieron su aparición los carros de guerra, la infantería se alineaba en el centro y los carros en las alas, sin variar la táctica de inicio del combate mediante la descarga de los arqueros. Tras el primer choque, los carros atacaban terminando de dispersar al enemigo o aniquilando sus tropas en fuga. A los carros les seguían unas tropas a pie, llamadas “corredores” porque corrían detrás de ellos para destruir a los enemigos puestos en fuga por los carros.