Ganador del Premio Literario Kutxa Ciudad de Irún 2023 y del Premio Euskadi 2024. El autor tiene numerosos libros de poesía y, como en los últimos, también en éste, siguiendo a los anteriores, la naturaleza, el hombre y la relación entre ellos son los principales protagonistas. En este libro, el autor ha realizado una reflexión poética que parte de la observación de la naturaleza, donde el hombre enfrenta su dolor, dado a recibir mensajes y enseñanzas en la naturaleza.

Bajo los astros de la repetición reflexiona sobre la barbarie repetida en la condición humana a través de los tiempos, en diálogo con mitos como el de Aquiles de La Odisea, también con escritoras y escritores a los que les tocó vivir el infierno de la violencia, la guerra y el exilio, como María Zambrano, Albert Camus o Hannah Arendt.

Asimismo, es meditación sobre el lenguaje como representación simbólica del dolor de los otros, de ese combate lingüístico y poético por estar al nivel de su herida.

El libro se encuentra dividido en dos partes. La primera, «El limón y la espada», trata de la palabra desde el campo de batalla. La segunda parte, «Insiste la belleza entre las ruinas», se erige como férrea defensa de la búsqueda de la belleza en cuanto existe, incluso entre los escombros del día, salvando así la esperanza en medio del infierno, a través del abrazo filial con la naturaleza y lo distinto, como canto que humaniza el tiempo en el que somos y nos salva.

Basado en una idea teatral de Fernando Bernués, este álbum ilustrado escrito por Harkaitz Cano, con ilustraciones de la cineasta Isabel Herguera, homenajea a las bibliotecas y a la literatura, y busca animar a los y las más jóvenes a adentrarse en el mundo de la literatura.

La obra comenzará con la excusa de la presentación de un libro, y este cuento será ese mismo libro.

Un padre que no sabe cómo comunicarse con su hija le envía cada día un avión de papel desde el balcón para despedirse. A través de esos mensajes, el padre pone misiones literarias a su hija para que las aclare con la complicidad de un bibliotecario escrupuloso. Así, la niña conocerá la relación entre los libros y la vida.

Muchos años después, su hija, que ahora es escritora, vuelve a la biblioteca para contar esa experiencia de iniciación que ha recogido en su primer libro.

En este ensayo, Jon Urzelai Urbieta ha analizado el papel de los festivales de música en el País Vasco, durante medio siglo, entrelazando los que han tenido lugar en el ámbito global y local: partiendo de las cuevas de Mairuelegorreta, pasando por las réplicas de Woodstock, y llegando a los campos de Kobetamendi e Irisarri. Urzelai ha explorado el desarrollo de la sociedad de consumo de la posguerra, la fascinación por la transgresión, la invención de la juventud, la folclorización, la gentrificación, el urbanismo que quiere tragarse lo urbano y más. Walden, Marcha y Batalla, Guggenheim. Ser vasco y ejercicios de normalidad. "Queremos construir una marca, no un pueblo", advirtió. Con ello, sin embargo, también ha mostrado dónde late la mente colectiva contemporánea, dónde renueva la tradición, dónde la comunidad se reinventa a sí misma. Porque el olor aún no se ha quemado.

El protagonista busca el último hogar, el último aliento de vida, el último lugar de protección. Vio una casa en el lado de Hendaia, e insistió en ello. No ha tenido una vida normal y sus esfuerzos por conseguir ese último hogar no serán normales. En esta temática, los fantasmas del pasado, los amigos y las elecciones se entrelazarán con el presente, en la atmósfera de vecinos que se espiarán unos a otros.

"Han terminado cuando la galleta dice que no comprende este deseo de prolongar la vida, de tener el único objetivo de sobrevivir. Sigue otro silencio. Caperucita Roja le dice que durar es vivir, que el que quiere durar quiere vivir y que eso no tiene nada de malo, quiere vivir mucho. Sin embargo, cuando la mujer de negro le pregunta para qué sirve, no tiene respuesta. Después de una larga pausa, responde con voz altiva. Vivir, simplemente vivir."

Recientemente seleccionado por «Granta» como uno de los mejores escritores jóvenes en español del mundo, Alejandro Morellón dirige una mirada nítidamente pop a la inminencia de la tragedia —hablemos de una catástrofe global o de cualquiera de los íntimos cataclismos del ser— en esta breve y precisa colección de cuentos y desgracias. Más interesado en la ridícula verdad de la ominosa nube negra que anuncia el fin que en el fin en sí mismo, Morellón se pregunta cómo reaccionamos a la posibilidad de desaparecer y cuánto hay de idolatría, de superstición y de tómbola en nuestra lucha desesperada contra la nada. La nada que ya está aquí.

En lo alto de los Alpes, Bereket recibió la noticia de Gaspard: "He descubierto algunos cadáveres, al menos dos, en el glaciar Tsanfleuron". La noticia ha conmocionado y perturbado al joven glaciólogo, que no se ha recuperado hasta que conoce el origen de la historia y la terrible verdad, allí mismo, en el corazón de los Pirineos.

Los inuit, para atrapar al lobo, esconden el mango del cuchillo en el hielo y frotan con grasa la boca afilada y expuesta. Llegará un lobo hambriento y, sin ser visto, lamerá con avidez la grasa, junto con su sangre y trozos de lengua. El lector se tragará la historia de un infanticidio, tal vez sin saber que está leyendo la historia de la humanidad, sin darse cuenta de que camina sobre la frontera borrosa entre el hombre y la bestia:  ¿homo homini lupus ?

El buen lector podrá darse cuenta más tarde de que esta historia antigua es infinitamente más contemporánea y que, para alcanzar la salvación, primero debemos afrontar lo que nos es terrible, lo que nos negamos a nosotros mismos. 

" Un libro debe ser un hacha, un hacha que romperá el mar de hielo que llevamos dentro " . Franz Kafka

A menudo me han dicho por qué no escribo sobre lectura, por las lecturas en las que me he centrado con los estudiantes, y por qué no pongo en un libro lo que he aprendido sobre conversaciones literarias. Me he tomado mucho tiempo para formar la respuesta, pero he mantenido el hilo de la reflexión apenas comencé a escribir lo que he aprendido en el campo de la lectura y la literatura.

De ahí esta recopilación de reflexiones en este pequeño libro. No es una teoría larga, aparte de la que he tenido a lo largo de los años en conversaciones sobre libros con estudiantes y jóvenes. Es el resultado de leer los libros; qué y cómo leemos, qué sugerencias nos dieron las lecturas. He aquí también un ejemplo de las inquietudes, opiniones y pensamientos que la lectura genera en los lectores jóvenes, adolescentes. Puedes ver el progreso causado por los pensamientos después de algunos escritos, y tal vez, que no hay ningún libro demasiado difícil, si lo lees en asociación y en el club, si se juntan las sugerencias y creencias profundas causadas por los libros.

Hace quinientos años, la expedición de Magallanes y Elkano dio la primera vuelta al mundo. Ahora Ander Izagirre sale de Getaria y vuelve a Getaria, el pueblo natal de Elkano, para darle una vuelta geográfica, histórica y mental al país de los vascos.

Viaja en bicicleta y va encontrando historias asombrosas: las de hace quinientos años (navegantes, exploradores, esclavos, revolucionarios, emperadores, desterrados, balleneros, espíritus locales, dioses remotos) y las actuales (exploradoras, pescadores, mineras, inmigrantes, carpinteros, arqueólogas, cocineros, escultores, poetas, chocolateros). Sus relatos muestran los contrastes y las similitudes entre la sociedad vasca que participó en la primera vuelta al mundo y la actual. Desvelan una historia de luces y sangres, un potaje de culturas y una pasión exploradora.

Mezclando la crónica de viajes, la narración de aventuras, la exposición histórica y el ensayo sutil, Izagirre cuestiona el mito del vasco irreductible, puro, encerrado en sus esencias: «Si hay que simplificarlos en una estampa, los vascos no fueron precisamente un pueblo de campesinos aislados, sino un pueblo de navegantes promiscuos».

Siempre viene bien darle una vuelta a todo. Especialmente a los países.

Diez años después, Lur conoce a Juan, Josetxo, Fer y Esteban bajo el sol de Madrid. Una amistad que se perdona, aunque quien mantendrá su propia historia de lo compartido. Ese mismo cielo cobija las nueve narrativas que componen este libro, donde las procesiones junto al ferrocarril, los rasguños de caminar con manolettes, los cruces de personas que preguntan ¿y si un niño dormido muere, las cloacas de las oficinas y el humo rosa ser explicado.

Los cuentos de Uxue Apaolaza tratan sobre las concreciones de la condición social, entre la solidaridad, la competencia y la caridad, sobre el miedo al extraño y las ganas de bailar, sobre los vínculos familiares, sobre el miedo y la épica, sobre las rosas y sobre la clase media. El autor los ha agudizado con ironía, capturando la violencia cotidiana, a menudo imperceptible, que empapa tan suave como una lluvia fina pero completamente.

Los ojos cerrados es una novela de un solo lugar, un pueblo que podría tener cualquier nombre y que por eso se llama Pueblo Chico. Pueblo Chico está anclado en una sierra agreste que a veces se cubre de niebla, otras de nieve, una sierra en la que a veces se pierden los animales, desaparecen las personas. En el pueblo vive Pedro, el anciano protagonista de esta novela, depositario de secretos que rodean a la violencia que ha atravesado el lugar durante décadas. Cuando Ariadna llega a Pueblo Chico por motivos al principio poco claros, Pedro la observa y vigila, mientras Ariadna va desvelando su propia vinculación con la historia silenciada del lugar. El encuentro entre pasado y presente, entre Pedro y Ariadna, da pie a una novela en la que Edurne Portela indaga sobre una violencia que si bien trastoca para siempre la vida de los personajes, genera la posibilidad de crear un espacio de convivencia y solidaridad.

Ruidos interiores y otros pequeños sonidos.

Este libro continúa  el camino abierto en la poesía infantil por los libros Piztipoema y otros xomorro y  Xomorropoema y otras fieras (Euskadi Saria 2017). En aquel entonces, los animales y los insectos eran los protagonistas de los poemas. En esto, son los sonidos cotidianos que nos rodean.

Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos,

hay once y uno sonidos a nuestro alrededor.

Desde que nos levantamos hasta que nos dormimos,

creando música constantemente.

Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos,

bailan con nosotros.

E incluso cuando dormimos...

Limpia bien,

afila rápidamente,

abre tus oídos al máximo... ¡hasta dominar

la banda sonora de tu día !

El verdadero amor parece requerir conocimiento y pasión, e Irati Jiménez desborda ambas: denuncia las carencias y las desviaciones que ve en la literatura y el sistema literario vascos, tan crudos como dolorosos, pero al mismo tiempo elogia los libros maravillosos y extraordinarios. creadores de nuestras letras y de quienes nos rodean, apasionados a la vez que abundantes. "Serán abiertos vuestros ojos", dijo la serpiente a Adán y Eva, y el autor nos invita a abrir también los ojos, no ofreciendo el fruto prohibido, sino aportando información: una riqueza de información, de muchas fuentes y formas, y , en lugar de quedarse en meros hechos, insta constantemente a permitirnos escribir, leer y disfrutar de mejores libros. Además de la sabiduría y la calidez, el humor es otro de los dones de este libro, y gracias a todos ellos el lector echa espuma por la boca, a menudo asombrado por la erudición del escritor, a menudo coincidiendo con su punto de vista y ocasionalmente discutiendo en desacuerdo. , como debería ser un ensayo apasionado y polémico que quiere suscitar el debate.

La proliferación de términos en el lenguaje feminista en la actualidad resulta preocupante y perjudicial. Es necesario mantener debates que respondan a lo sustancial.

El lenguaje usado últimamente por muchas feministas necesita contemplarse a sí mismo un momento. A veces, se impone la sensación de que ser feminista hoy pasa por utilizar perífrasis y circunloquios, anglicismos y neologismos, frases hechas y clichés, expresiones difíciles de entender para personas no iniciadas. Cada una de estas prácticas, por separado, empobrece nuestro lenguaje y nos aleja de la claridad; juntas, muestran que nos está ocurriendo algo preocupante. El feminismo se ha caracterizado históricamente por poner en marcha conceptos novedosos que han permitido alumbrar zonas de la realidad que estaban en la sombra. Pero, en la actualidad, está teniendo lugar una proliferación de términos desorbitada y perjudicial. Hablar claro no implica solo que un discurso se entienda. Tiene relación también con un requerimiento tanto ético como político: el de mantener debates que respondan a lo sustancial y no a motivaciones —poco presentables— ajenas a la discusión.

Estamos en septiembre de 1982 y Ramon Beitia, director de varios cines bajo su responsabilidad, se ha sumergido en las labores de inspección. Los beneficios están cayendo y el joven jefe, que acaba de llegar para sustituir a su padre, no tiene más que negocios en la cabeza. El gerente tiene que explicarle a éste la grosería del negocio con menos vergüenza y menos escrúpulos. Y así comienza el calvario que terminará en unos días. Cómo eran los ayuntamientos de los pueblos y qué hacían sus trabajadores.

Formalmente es una pieza perfecta, en su sencilla simetría; adiós a un mundo, a un modo de ser y de vivir. El autor nos hará sentir con maestría el aliento del mundo dejado atrás y el relajamiento del tiempo.

La vida de Irune transcurre entre su casa y la fábrica de papel en la que trabaja, en un pueblo industrial cerca de Bilbao. Insegura, algo maniática e hipocondríaca, esta mujer es capaz de enfrentarse al mundo cuando cree que debe hacerlo, e intenta vivir de acuerdo con unos valores que la sociedad parece haber olvidado. Su círculo se reduce a los compañeros de trabajo, la vecina y un operador de Renfe al que llama furtivamente para consultar horarios de trenes que nunca llega a tomar.

Cuando surge un conflicto en la fábrica, sin saber muy bien cómo, Irune acaba viéndose involucrada. A partir de ahí, su vida da un giro inesperado y ante ella aparece la oportunidad que, sin saberlo, estaba esperando.

Los últimos románticos es una novela irresistible sobre los sueños que nos mueven a actuar y el valor de lo verdaderamente importante. En esta historia, Txani Rodríguez, dueña de una escritura elegante, luminosa y directa, nos habla sobre lo que nos convierte en comunidad: el cuidado de las personas, la solidaridad y la preservación del entorno natural.

Desde que la hermosa canción antigua decía "el aliso no tiene corazón", el árbol siempre ha sido famoso entre nosotros. Ahora, como para restaurar el honor de aquel árbol,  Anjel Lertxundi ha escrito Haltzare muino .

El argumento es sencillo: el árbol mismo nos habla, contándonos lo que ve y oye desde la colina donde vive, un estilo de vida tranquilo y sin incidentes en un entorno rural. Un día, sin embargo, una gran inundación arranca el árbol y lo arrastra río abajo. El agua, en su muerte, arrastra otras muchas cosas y seres, y de todo esto nos informa el aliso, angustiado y aterrorizado, mientras se dirigen hacia el mar. Para saber cómo terminan los viajes de Alza y cómo se concibe la historia lo mejor es leer el libro.

Anjel Lertxundi, el gran maestro de nuestras letras, nos ofrece un libro que parece modesto pero en realidad es jugoso, lleno de muchas perlas preciosas, y para vestirlo todo ha contado con la ayuda única de los dibujos de Antton Olariaga.

Este libro es una invitación a descubrir la poesía y el pensamiento poético de Xabier Lete. Una invitación a leer o releer los poemas de Xabier.

Quienes crean conocer la poesía y el pensamiento poético de Xabier recibirán mucha información y muchas sorpresas que no conocían, y los que estén menos familiarizados con la poesía y el pensamiento poético de Xabier, en cambio, encontrarán allí la luz para acercarse. la trayectoria pública y privada de uno de los hitos más claros de la poesía vasca. En cualquier caso, disfrutar de un ensayo superior sobre la obra poética de un poeta poco común. Porque así es, ante todo, el ensayo de Alex Gurrutxaga: vivo y vivaz, que se puede leer con placer y sed de más. Uno que cautiva los ojos y la mente.

Este libro es una invitación a descubrir el nivel de madurez de la primera obra de un joven autor, a dejarse sorprender por su sabiduría e información, a disfrutar de su eficaz lenguaje. Lejos de la habitual prosa académica, el libro que tienes entre manos deja claro que es posible vestir el ensayo con colores vibrantes más allá de las tonalidades de gris.

Este libro es también un regalo, para los que amamos a Xabier Lete y su poesía, así como para la nueva generación que no conoce a Lete y su poesía.

Doscientos cincuenta kilómetros, apenas tres horas por carretera, es la distancia que separa dos tumbas: una en Baltimore y la otra en Charlottesville. Freddie, un joven negro del barrio más pobre de Baltimore, muere a manos de la policía un año y medio antes de la llegada de Donald Trump al poder. Meses después de su toma de posesión, cientos de supremacistas blancos marchan con antorchas por las calles de Charlottesville y Heather es asesinada por un neonazi. No han pasado ni tres años entre las dos muertes, pero en ese tiempo el país —y probablemente todo el mundo occidental— ha cambiado para siempre.

En medio de las turbulencias que conducen a la agonía de George Floyd bajo la rodilla de un policía blanco y a los posteriores disturbios de Minneapolis, el periodista Mikel Reparaz recorre Estados Unidos en busca de historias que ayuden a entender una sociedad dividida por el conflicto racial y las heridas del pasado. Un país en el que el racismo sigue siendo un problema sistémico y en el que la violencia y la muerte de jóvenes negros se han convertido en una noticia recurrente.

Ismael está bloqueado, sin poder avanzar con su nueva novela, aunque le están llamando desde la editorial y le están recordando el plazo. Las cosas se torcerán, además, cuando se tenga que ocupar de su anciano padre porque su madre ha tenido un accidente.

Jasone es la primera lectora y correctora de las obras de su marido; fue escritora en su juventud, luego lo dejó, pero en el último año, por las noches ante el ordenador, ha empezado a rescribir en secreto. ¿Encontrará en lo escrito por su mujer la voz que Ismael no puede encontrar últimamente? ¿O tendrá que indagar en sí mismo para descubrir ese secreto que no sabe?

La novela de Karmele Jaio trata sobre las formas de construir y transmitir la masculinidad y la enorme influencia del género en las vidas de mujeres y hombres en general. También de los significativos silencios que se generan en las familias. Jaio ha llevado a cabo su novela más ambiciosa y atrevida, adentrándose en un territorio desconocido y regresando de él con éxito.

A punto de cumplir los treinta, Aixa de la Cruz pone en marcha la escritura de unas memorias que recorren algunos de los momentos más significativos de su vida: desde el día en que una de sus mejores amigas sufre un fatídico accidente de coche hasta su propio divorcio; desde las consecuencias de escribir una tesis doctoral hasta sus relaciones sexuales con otras mujeres; desde una infancia en la que maduró sin un “biopadre” hasta su descubrimiento del feminismo...

Joemak eta Polasak

Ei, ei, aizu,

ireki liburu hau azkar.

Elurra has du hemen

Et malutaz-maluta,

barr ko oemak

des g rtzera doaz!

Ei, ben tan,

ir ki lib ru ha . A k r!

La escritora y bertsolari Uxue Alberdi ha entrevistado a quince bertsolaris en este quinto número de LISIPE. El objetivo no es hablar de las técnicas refinadas del bertsolarismo, de la calidad de las coplas o del flow de los zortzikos, sino analizar quiénes, de dónde y para quién son creados, ya que el bertsolarismo es una práctica social y toda práctica social es un dispositivo de las relaciones de poder de nuestro tiempo. Así lo manifestarán las entrevistadas.

Dicen que hay un montón de mujeres que se dedican al bertsolarismo. Eso lo escuchamos una y otra vez, pero los datos y las percepciones no coinciden. Sabemos que la visibilidad de las mujeres está hecha a medida del deseo masculino, y mientras que, como aclara perfectamente Alberdi, desempeña el papel de complemento del hombre público, la mujer (en singular) es admitida en los espacios de los hombres, pero los espacios públicos son de los hombres.

Al declive electoral en casi toda Europa se le suma una aparente falta de ideas ante la crisis económica y política que recorre el mundo. Con desenvoltura y un sutil sentido del humor, Borja Barragué hace un diagnóstico de la situación y aborda los conceptos básicos de la justicia social y de los pensadores que han marcado la deriva ideológica de la socialdemocracia. Pero el libro va mucho más allá: cargado de argumentos y datos recientes, y con valentía no exenta de autocrítica a la propia tradición socialdemócrata, el autor propone ideas que esquivan la retórica vacua y se aventura a esbozar innovadoras sugerencias para salir del atolladero.

En estos tiempos de incertidumbre y aceleración sobran las razones para defender una socialdemocracia reformista, ajustada a las realidades –tecnológicas, demográficas, laborales- de la nueva sociedad, que enarbole la bandera de una redefinida justicia social y combata la arremetida del neoliberalismo desbocado y el rancio ultraderechismo.

"¿Qué le iba a decir?", piensa Añes mientras prepara la cena con Xuan en su cocina berlinesa: "¿que su último polvo lo echó con un difunto?". Ha venido Marta, ha improvisado un karaoke y ha cantado una canción que recuerda la Comuna de París.

La novela representa numerosas escenas y voces, cual película de ritmo frenético. Distintos personajes que se entrecruzan en las vidas de Añes y Marta vienen y van, deslizándose como luces que se encienden y apagan en las ventanas. Entrelazando relatos sobre el fracaso, la resistencia, la huída o la necesidad de empezar de cero, se proyectan escenas de distintos lugares e instantes en el mundo interior de un grupo humano heterogéneo. En esa especie de puzle creado por la autora, ciertos lugares se convierten en protagonistas: París, Uribe Kosta y, sobre todo, Berlín, Con esos ingredientes, el segundo libro de Irati Elorrieta ofrece un friso vivo de instantes en parte vanos y en parte vitales.

Unos aforismos que dicen mucho más de lo que, por la naturalidad con la que se pronuncian, parece.

Descubrí que un aforismo mío extraordinario («Intentaba ser un hombre serio, pero la alegría se lo impedía») lo había escrito Ramón Eder. Mi buena memoria había sido mala: me hizo creer que lo que recordé se me ocurrió. Cuando me descubrí, quedé avergonzado, aunque fuera un homenaje definitivo a quien había admirado en reseñas y recomendaciones. Siendo, además, el único aforismo ajeno que se coló en mi libro, se destacaba el carácter único del autor. Con todo, esas circunstancias atenuantes no extinguían mi bochorno. Hasta ahora. He dado con la eximente. A Ramón Eder (Lumbier, 1952), la alegría no le impide en absoluto la seriedad. Mi plagio involuntario fue un acto de justicia (a lo Robin Hood) porque ese aforismo sólo me retrata a mí. Obsérvese cómo sus ironías no renuncian jamás a la efervescencia, pero tampoco al fervor. Hay un contentamiento del mundo que es a la vez conocimiento, y viceversa. Son muchos los méritos de esta obra, y los he ido enumerando en otros lugares, pero mi subconsciente cayó en el más asombroso: la felicidad y la hondura conviven indisolublemente aquí.

El Mediterráneo está más lleno de historias que de agua. Una jirafa lo atravesó en 1827: en realidad, era una cría que el pachá de Egipto quería regalar al rey de Francia. Un muchacho, Kuru, acaba de cruzar el mismo mar a duras penas y ahora se recupera en un hospital europeo mientras fuera celebran el carnaval, ajenos a su drama. El chico conoce allí a una chica lesionada que, casualmente, llega disfrazada de jirafa. A la hora de presentarse, él prefiere contarle la historia de Zarafa, la jirafa, que no es tan amarga como su vida. Con ecos de Simbad y de El libro de las maravillas de Marco Polo, la obra hipnotiza por su estilo realista y delicado, combina en su justa medida la sal y el azúcar, y nos interpela sutilmente al poner nombre a los que son considerados meros los números.

Garralda (Valle de Aezcoa, Navarra). En 1980, una abuela vasco-hablante no sale de su asombro, incomodada, al escuchar por primera vez a su nieto castellano-hablante dirigirse a ella en euskera. Así comienza el relato de una generación nacida, crecida y criada en el franquismo al devenir conscientes de la pérdida de la lengua y cultura que originariamente les correspondía, implicándose en su recuperación.

Así, Xamar reivindica que la memoria histórica no debe ceñirse exclusivamente a los temas de guerra, dado que sus consecuencias se extendieron a aquellos que no la vivieron durante años. El aprendizaje de la lengua, el conocimiento de la historia, la revaloración de la cultura popular... la búsqueda de lo perdido. Los sentimientos de un grupo de jóvenes aezkoanos son confusos durante la narración, abarcando desde el dolor por la inexistencia al gozo del descubrimiento, desde la vergüenza por la ignorancia a la indignación contra los culpables, desde el enfado hacia la generación que llevo a cabo el corte en la transmisión a una amarga admiración por lo que tuvieron que padecer...

Vivimos en una época de incertidumbre. En sociedades anteriores a la nuestra, los seres humanos han vivido con un futuro tal vez más sombrío, pero la estabilidad de sus condiciones vitales -por muy negativas que fueran- les permitía pensar que el porvenir no les iba a deparar demasiadas sorpresas. Podían pasar hambre y sufrir la opresión, pero no estaban perplejos. La perplejidad es una situación propia de sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros cálculos acerca del futuro son especialmente inciertos.

El siglo XXI se estrenó con la convulsión de la crisis económica, que produjo oleadas de indignación pero no ocasionó una especial perplejidad; contribuyó incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quiénes eran los malvados y quiénes éramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvió a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y la casta, entre quién manda y quién padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje político se ha llenado de una decepción generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situación en general.

Le incomoda sobremanera tener que cuidar de su ex-marido, pero ése es precisamente el deseo de su hija, y dado que no le resta mucho de vida, quizá debería hacer un esfuerzo. Bihotz handiegia, narración que otorga el título al libro, representa el primer y más largo relato de todos los contenidos en él, en torno al final de una época, a los vestigios del amor.

Un sentimiento de enajenación domina a los personajes de los seis cuentos de Eider Rodríguez: el tipo de vida conyugal de tal pareja, deseos que abriga el vecino perfecto, en qué nos hemos convertido tras el terrible incendio, ¿me mostrará el ginecólogo cómo soy por dentro?, ¿qué expectativa proyectaban sobre mí?, ¿de quién son estas manos?.

Sus pobladores, al mismo tiempo complejos y ordinarios, se debaten a veces, dubitativos y contradictorios, entre posiciones ideológicas y pasiones incontenibles, pero siempre enfrentándose a las adversidades

Este nuevo libro de K. es tan sabio, sencillo, efectivo y emocionante como los anteriores. Tal vez tenga un sabor otoñal que se deriva del paso de los años, pero eso es lo normal cuando escribimos dede la certeza, siempre agobiante, de que nos queda menos tiemo, de que vamos haciéndonos mayores. Pero está entero nuestro K. preferido, el que es capaz de celebrar a la mujer en tres versos memorables como estos: Tú en la playa /-recogiendo-/ y el mar desesperado.” Luis Alberto de Cuenca

La familia es lo único que viene dado. Ni los amigos, ni el modo de vida, ni el entorno: solo la familia. Sin embargo, Nora esquivará esta norma. Guarda un secreto. Su secreto. Pero ha llegado la hora de contarlo, y la institución que es sagrada está a punto de explotar.

Aunque, como es sabido, se necesitan pequeñas revoluciones para corregir las cosas.

Partiendo de un recuerdo y a través de Obaba, nos acercaremos a los tiempos de Lotilandia de la mano de Kepa Altonaga. Tenemos al lado ese mundo, pero se nos han vuelto totalmente desconocidos sus rincones y habitantes, y hemos olvidado su historia.

Dos hombres destacan en esta obra titulada Patagoniara Hazparnen barrena. Lotilandiakoak herri birlandatuan. El bilbaíno Florentzio Basaldua (1853-1932) ostenta el principal protagonismo: emigra muy joven a América, en cuyas extensas llanuras pretende construir un nuevo País Vasco. El garaztarra Janpierre Arbelbide (1841-1905) es su contrapunto: escribió “hori ez da amets bat beizik” (eso no es más que un sueño), pero quiere predicar a los vascos emigrados a América.

Patagoniara Hazparnen barrena. Lotilandiakoak herri birlandatuan es un libro intrigante y profundo, en el que encontraremos tanto aquella enorme oleada de gente que fluyó hacia las Américas —entre ellos el médico Daniel Lizarralde, la maestra lapurtarra Juana Canut, los bertsolaris Otaño y Mendiaga o la ezpeletarra Agnes Souret, que fue primera miss Francia— como, por otra parte, quienes se quedaron en este país de lágrimas de Betiri Sants.

Pensada por la antigüedad clásica como una patología causada por la presencia en el cuerpo humano de la bilis negra, asociada por algunos autores modernos a una tristeza vaga y permanente capaz de suspender cualquier interés del sujeto hacia el mundo exterior, hoy vemos la melancolía como una “auténtica enfermedad cultural”, como una “irreemplazable metáfora heurística” (Yves Hersant) para comprender tanto el pasado como los agitados tiempos que vivimos. ¿Debe sorprendernos, por tanto, que la melancolía haya encontrado caldo de cultivo preferente en el que ha sido el arte del siglo XX?

En este volumen se recogen, desde Europa hasta América sin desdeñar los confines de Bengala o Japón, algunas muestras señeras que adopta el pensamiento fílmico cuando se apropia del citado concepto. Con el fin de mostrar que cine y melancolía forman una pareja indisoluble.

Aunque la metáfora del limbo podría sugerirlo, aquí no hay ningún relato angelical en absoluto. Al contrario, en los poemas se tratan cuestiones muy mundanas, desde el comportamiento cotidiano hasta la crítica social y política. Son muchas imágenes poéticas, de referencias y estilos radicalmente diferentes, y en su mayoría sin ninguna conexión evidente, combinadas en forma de collage. Por otro lado, no son pocos los toques surrealistas que aparecen en los poemas, y el poemario tiene bastante de poesía pop o incluso filosófica. Por encima de todo, el lenguaje directo y las imágenes sumergen fácilmente al lector en el viaje interior del poeta

El día que ETA anuncia que ha depuesto las armas, Bittori acude al cementerio para contar ante la tumba de su marido Tsato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivían antes. ¿Podrá convivir con quienes lo persiguieron antes y después de ese ataque que arruinó su vida y la de su familia? ¿Podrá descubrir quién fue el encapuchado que asesinó a su marido un día de lluvia cuando regresaba de su empresa de transporte? Incluso si llega en secreto, la aparición de Bitto perturbará la falsa tranquilidad del pueblo, especialmente la del vecino de Mi; Fue amigo íntimo de Mi en otro momento, madre de Joxe Mari, madre del terrorista encarcelado y sospechoso de los mayores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre estas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado las vidas de sus hijos y maridos, dado que estuvieron tan estrechamente relacionados en el pasado? Antes y después de lo que fue el cráter, es decir, antes y después de la muerte de Txaro, la historia de sus vidas nos dice que es imposible olvidar y que es necesario perdonar en una comunidad que ha sido rota por el fanatismo político. ; habla con rasguños disimilatorios y convicciones inquebrantables, con dolor y coraje.

Los poemas, como los bichos, aparecen inesperadamente. Y muerden. y muerde Y deja pequeños bultos en la piel que no desaparecen durante días. Algunos poemas vuelan. Otros nadan. Hay quienes hacen estragos. Incluso aquellos que extienden la página y rugen. Algunos poemas son negros. Los hay verdes, rojos u otros colores. Algunos poemas tienen cuatro patas, otros seis, ocho o cien. Después de todo, los poemas son como chistes. Y ojo, porque a veces esos bichos se convierten en fieras.

Pocas personas tendrán la costumbre de ser insultadas abiertamente en la calle. Pocas personas están preparadas para esto. El delincuente probablemente tampoco tenga este hábito, pero las acciones prueban que el delincuente se adapta mejor a la nueva situación, porque él creó esa situación, porque eligió la acción.

El insultador cree que, además del poder de herir al ofendido, también tiene el poder de humillarlo. Si un joven que no conoces te llama puta en la calle, no es agradable, por supuesto. Pero el mismo insulto tendría un efecto diferente en labios de tu hijo o pareja. El hijo te humillaría, el joven de la calle, tal vez no. Incluso puedes sentir lástima por el agresor.

... La espada del insulto tiene dos filos, y el segundo hiere al insultador.

El Cerro Rico de Potosí, el emperador de todas las montañas, la pirámide de todos los minerales, el palacio de todos los tesoros, es ahora un vertedero, en peligro de ser demolido por las decenas de miles de mineros que entran cada día.

Las minas de Potosí fueron escenario de los conquistadores españoles que acumularon plata, de los primeros barones mineros que instauraron el primer capitalismo boliviano, de masacres militares y de la última guerrilla del Che. Los trabajadores que derrocaron las dictaduras surgieron de la tierra; ahora salen los niños, que se manifiestan y consiguen que las leyes funcionen desde los diez años.

En el libro de Potosí hay mecanismos de riqueza extraordinaria y pobreza extrema. Hay violencia en el libro de Potosí. Al final de la cadena hay una niña de doce años que va a trabajar a la mina. Esa pequeña se llama Alicia y Potosí cuenta su historia.

Un grupo de prisioneros rebeldes ha abierto las puertas del Fuerte de San Cristóbal, cerca de Pamplona. La huida masiva será el comienzo de una persecución. Dos fugitivos buscan la libertad en los valles circundantes.

Donemartie, hoy.

Un escritor de poemas raros ha decidido empezar una novela sobre su huida de Ezkaba. Mientras analizaba los documentos y testimonios recopilados, se quedó solo con su memoria. La memoria histórica se convertirá en la memoria de su historia. Porque incluso la propia memoria es un acosador engañoso.

La muerte campa a sus anchas en esta obra. Cuando la muerte se lleva a alguien a quien amamos, heredamos lo que no se ha resuelto adecuadamente; y el dolor que viene con la muerte, o la liberación, se va haciendo grande poco a poco hasta que, finalmente, el que queda vivo acepta que no sólo el difunto se ha ido, sino que también se ha ido un poco, porque todos estamos hechos de restos de otras personas.

En esta novela autobiográfica, Gabriela Ybarra intenta comprender su relación con la muerte y la familia, analizando dos acontecimientos: la muerte de su abuelo, asesinado por ETA en 1977, y la muerte de su madre, ocurrida en 2011, a causa de un cáncer. Así, la primera parte del libro El Comensal es una recuperación libre del secuestro y asesinato del empresario español Javier de Ybarra (sin ocultar la parte ficticia que toda memoria tiene). Fue alcalde de Bilbao y jefe de la Diputación de Bizkaia durante el franquismo, y cuando fue asesinado la familia recibió una paliza terrible (los padres del protagonista tuvieron que abandonar el País Vasco y viajar con escolta), pero no Estalló hasta que la madre del narrador enfermó gravemente, sin calmarse bien a tiempo dejó lutos y, muchas veces por desconocimiento, legados políticos que no fueron adecuadamente interiorizados.

Abrazados a través de la poesía y el arte, entre la ternura y la delicadeza cromática, es un canto dedicado a la unión entre cuerpos y almas. Como en un abrazo carnal, se unen los mundos simbólico y físico, intuitivo y poético. Un viaje entre empacar y liberar. Oscilando entre la vida y la muerte.

El desierto es cada vez más grande, tanto cuantitativa como cualitativamente; sin embargo, no se puede ignorar el desierto. El desierto ha vuelto a caer sobre nosotros y no hay escapatoria. La infelicidad, la pena y la tristeza reinan en este paisaje árido y parece no tener límites. Aunque solemos escuchar por todas partes que este mundo es el mejor de todos los posibles y que no tenemos motivos para quejarnos, los síntomas no lo indican. Parece que vivimos en una cultura y una época que celebra la felicidad más que nunca y de manera enfática, paradójicamente, precisamente cuando es la cultura que más necesita la felicidad. La supuesta felicidad hipermoderna no es más que una ilusión, un espejismo, provocado por las condiciones del desierto. Vivimos estos días en una dolorosa sociedad desértica, sujeta a los peligros del sol y la arena. ¡Bienvenidos al desierto!

En el libro Sin piedad se analizan las responsabilidades de la limpieza política que tuvo lugar en Navarra en 1936, pues los golpistas asesinaron al mayor porcentaje de votantes del Frente Popular en ese territorio del estado.

El libro Sin piedad parte de la necesidad de un abordaje integral de ese fenómeno, y examina también a los agentes que no suelen aparecer en las investigaciones por factores políticos y tabúes sociales: los responsables.

Este repaso incluye a los responsables últimos (autoridades militares y líderes de las milicias carlistas y falangistas) así como a los verdugos de los escuadrones de la muerte, así como a una amplia red de simpatizantes anónimos; de la misma manera, este trabajo examina qué proceso se dio para convertir a tantos ciudadanos aparentemente normales en tan salvajes. Se investiga de forma detallada las características de la dinámica de la represión, la represión de requetas y falangistas, y de la élite socioeconómica navarra que se encontraba en la sombra.

Finalmente, se analiza qué tendencia tenían los rebeldes hacia los familiares de los asesinados: negación y falta de cooperación. También se analiza cómo intentaron, junto con los sectores políticos que sufrieron esa limpieza política, desarrollar una memoria temprana inmediata. Estos aspectos no han sido hasta ahora analizados con el rigor necesario; Este libro abre, por tanto, una nueva vía para tratar en profundidad la memoria de aquel horror.

Siguiendo los pasos de aquellos ciegos que contaban crímenes en las plazas de pueblos y ciudades, pero con los ojos más abiertos y con mucha más documentación, Martín Olmos nos narra con detalle crímenes y criminales, conformando con esta galería –que es su primer libro- todo un compendio del mal en estado puro.

Mirari tiene diecisiete años, padre americano y madre vasca. Aunque viva en los Estados Unidos, la ama y la izeko Amaia se han esforzado en mantener su origen vasco, desde siempre, y por eso Mirari se desenvuelve perfectamente en euskera. Adolescente de altas capacidades, nunca ha tenido problemas ni con letras ni con números, pero como ella misma dice, “cuando la inteligencia va por encima de las estadísticas, (…) una se siente sin el suelo necesario para tomar la velocidad que requiere el despegue“. Por ello, anticipándose a los planes que en casa habían preparado para ella, pasará el verano de 2013 en la tierra de aitite y amama, con izeko Amaia. Pero lo hará de una manera muy peculiar: dando un salto en el tiempo, dos siglos y cuarto atrás, y convirtiendo los datos en ficción a medida que va sumergiéndose en la vida de una joven escritora que vivió aquella época.

Muchas de las que se toman como verdades universales e indiscutibles son mentiras interesadas o malentendidos (las dos cosas a la vez, en la mayoría de los casos). Algo así sucede con los conceptos de nación alemán y francés: el primero romántico y el segundo liberal (según la opinión generalizada); uno basado en la sangre, la lengua, las costumbres, y el otro, según se dice, en la voluntad común de hombres y mujeres.

Joxe Azurmendi analiza el origen y la evolución de la mencionada creencia, indagando especialmente en los escritos del pensador bretón Ernest Renan, así como en las muchas polémicas habidas en el siglo XIX entre intelectuales franceses y alemanes. Analizando minuciosamente las múltiples y complejas relaciones entre raza, historia y nación, nos muestra el amplio desarrollo e influencia de esas ideas y la profunda marca que han dejado en la historia europea durante dos siglos: nacionalismos, guerras, imperialismos, racismo..

Vieja luna de Bilbao es un libro de memorias, una etnografía del deseo, un ensayo que rastrea la conciencia de una generación, un manifiesto para una nueva ciudad y un nuevo sujeto tras el naufragio.

Estas crónicas contienen una serie de personajes, incluido el del propio autor, que no se ajustan a modelos ideales; son más bien figuras amenazadas por la destintegración, y que, a fin de sobrevivir, precisan transformarse. Los acontecimientos que se narran aquí son factuales, reales los personajes, pero lo determinante en este relato, con Bilbao como epicentro, son las fantasías fundamentales y conversiones subjetivas de una generación sometida a la “pasión por lo real”.